Son narcisistas

Durante la lectura, no debes olvidar que detrás de un/a estafador/se esconde una personalidad narcisista, con rasgos sociopáticos y psicopáticos. Este tipo de personas se caracterizan por su falta de empatía, su habilidad manipuladora, su alta capacidad embaucadora, mienten más que hablan y no sienten culpa ni se responsabilizan de nada. Son vampiros emocionales que consumen la vitalidad de los demás. Son, también, muy hábiles estafadores y explotadores de la vulnerabilidad de los demás.

Capaces de llevarte desde el cielo al infierno en cuestión de segundos, usurpando gran parte de tu territorio psíquico.

Las dudas y sospechas

Una vez realizado el engaño, más tarde o más temprano    -pueden ser días, semanas, meses y hasta años-       empezarás a poner en duda sus continuos problemas y adversidades. Cómo es posible que una persona salga de un problema y, sin casi tiempo para recuperarse, le surja uno nuevo. Cómo es que sólo me tiene a mí para solucionarlos y siempre con dinero. Vale, me dijo que era huérfano/a y viudo/a pero…tiene trabajo!. Igual no trabaja, es eso. Puede que no sea ni ingeniero. Uff, que mal me huele.  

Tu disociación cognitiva empieza a desaparecer y entras en un conflicto interno de ver algo y de no querer verlo. Pero ahí está rondándote hasta el día que decidas comentar en vuestras conversaciones que tienes dudas y miedo sobre que todo podría ser un engaño. Es en ese momento, cuando se sienta descubierto/a, es cuando verás quien se escondía, te mostrará su verdadera cara.

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El Desenmascaramiento 

Hasta ahora, el estafador o estafadora ha estado construyendo una relación jerárquica sobre la víctima, sometiéndola a un proceso de anulación y control. Mientras ha durado el engaño todo iba bien, pero la cosa cambia si se siente desenmascarado. Cuando siente que está siendo descubierto entra en la fase más conflictiva de todas. Rápidamente adoptará el papel de víctima y con gran habilidad conseguirá que acabes pensando que realmente has sido demasiado duro/a o injusto/a con él o ella.Empleando un lenguaje grosero, amenazante y muy agresivo, descargará toda su rabia sobre ti y empezará una manipulación emocional que nunca imaginarías.

No contento con haberle robado de la manera más cruel que puede hacerse, se encargará de hacerte culpable a ti de todo lo acontecido. “Me has defraudado”, “ahora ya sé cómo eres”, “no sabes lo que dices”, “estás loco/a, deberías mirarte la cabeza”, “he perdido toda la confianza que tenía en ti”, “tú eres la o él responsable de todo lo que está sucediendo y que la relación (ideal) se rompa”, entre tantos…

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Todo ha sido mentira

Logrará que te sientas culpable de todo, pero tus dudas siguen sin tener respuesta. En este punto, deberías volver a leer vuestra conversación desde el principio y, al hacerlo bajo la nube de la duda, seguramente veas las banderas rojas que entonces pasaste por alto y puedas verificar que ha seguido el “patrón de la estafa” que tanto les identifican. Además, busca en internet todo lo que puedas y con lo que tengas (nombre, fotos, etc). Muy probablemente encuentres alguna mención sobre el/ella que confirme tus sospechas.

Puede resultarte uno de los momentos más complicados y dolorosos, ya que todo lo que creías que era realidad se derrumba. Tu mente no logra pensar con claridad, ni termina de asumir todo lo sucedido. Aceptar que has sido manipulado/a emocionalmente no es nada fácil y tienes que armarte de valor y la fuerza necesarias para salir de su tela de araña.

El síndrome de estocolmo 

El grado de manipulación emocional que llegan a ejercer es tan brutal, que puede que sufras lo que a muchas víctimas les ocurre, el “síndrome de estocolmo”. Es tal la dependencia emocional que te pueden llegar a causar que, aún descubriendo toda la verdad, te resulte imposible dejar de estar bajo su manipulación y sigues dándole todo lo que pide, porque realmente no quieres darte cuenta de lo que está sucediendo. Si fuera este tú caso, debes ponerte en contacto con personas en las que confíes y puedas contarlo a tu entorno y que puedan ayudarte o simplemente pedir ayuda psicológica.

A partir de este momento, es cuando empezaría a ponerse en marcha la cuarta fase, la fase en la que tu mente y todo tu ser empiezan a tomar conciencia de todo lo sucedido gracias a la ayuda de otras personas y en la que todo tu interior se derrumba. La desconexión con el estafador o la estafadora, la decisión de tomar medidas legales y lo más importante empezar un proceso de sanación que puede resultarte bastante complicado y doloroso.

(Todas los fotos de este post, han sido obtenidas en Freepik)